E. Domínguez
Los curas también notan la crisis y quizás con más frecuencia que nosotros, pero no hablan de ella, no dan el remedio ni las oraciones sirven de nada para detener esta lacra ya insostenible que padecemos en estos momentos.
Cuestión sería de adaptarnos, pero por mucho que lo intentemos nada podemos hacer. Y cada día mueren en el mundo miles de niños, unos por falta de alimentos, y otros por tantas enfermedades que azotan sus infantiles vidas.
Ya ni los rezos hacen efecto. Otros nos hablan ya del fin del mundo. Nos espantan con discursos dudosos que sólo el Todopoderoso sabe.
La Isla del Hierro pasa por unos momentos nada gratos. Algún atrevido ha pronosticado como los dioses que el fenómeno del Hierro es el comienzo del fin del planeta tierra.
Son tantas las panderetas que suelan en torno a este suceso, que hay momentos en que vemos la televisión con el fin de distraernos y resulta todo lo contrario. “La caja tonta” como alguien la ha dominado, es vez de calmar tempestades, lo que hace es causar cierto malestar en los televidentes. Pero no todas actúan de igual manera.
Hace pocas fechas, por una televisión local, hemos visto unas escenas muy duras para aquel que tenga bien puesto el corazón y las pueda resistir. Se trataba de cómo se practicaba el aborto. Como a un ser vivo que estaba en el seno de su madre, y con el permiso de esta, era sacado con pinzas a trozos. Escalofriantes imágenes aquellas, y en mala hora conecté con el medio, aunque me sirvió para ver lo que nunca pensé ver visto.
Escenas que se repitieron una y otra vez, en las cuales la cabeza de la pequeña criatura salía del vientre de su madre a trozos, piernitas y bracitos desgarrados, sangre y trozos de piel. Algo incomprensible que me ponía la piel de gallina. Y no tiene la culpa nadie de que aquellas imágenes salieran por la pequeña pantalla, porque se estaba alentando a tantas madres y padres del riesgo y la responsabilidad de todo aquello que conlleva el aborto voluntario de críos de 16 años, donde los padres han perdido toda la potestad y llega el libertinaje abortista a una sociedad cristiana como la nuestra, a romper los sentimientos de tantas madres y padres o familiares más próximos.
Aquella cadena de televisión y quienes esa noche nos mostraron el horrendo crimen que los políticos han puesto en manos de los jóvenes sin el consentimiento de sus padres, debemos de felicitarlos porque han tenido a pesar de las fuertes escenas vistas, la valentía de dar a conocer como actúa la juventud en estos momentos, y el callado silencio de sus padres que nada pueden a ser porque la ley permite estas actitudes que en ninguna cabeza humana y en pleno juicio, podemos aceptar ni compartir.
Todos ignorábamos las consecuencias del aborto y como se le quita la vida a un ser indefenso. Es horrible pensar que tengamos en nuestra sociedad actual, gente preparada para consumar el aborto. Para matar a un ser que se esta transformando en el seno de la madre y que es la madre misma, la que se ofrece para que esa criatura no venga al mundo. Es duro decirlo pero poco importa a quienes practican estas desagradables actitudes.
Y tengo que felicitar a ese medio de comunicación porque yo ignoraba que un ser humano matara a otro ser humano bajo la práctica del aborto.
Malos tiempos corren. Señales hay como para pensar que el mundo se acaba. Que la vergüenza ha desaparecido en la clase política y que a este paso, no sabemos donde llegaremos o donde nos quieren llevar tan salvajemente.