Víctor Juan Pérez
En el sexto aniversario de su despedida. Siempre en el recuerdo el amigo "Celestino Hernández Luis" (Cele)
La luctuosa hora de las cuatro de la tarde, se reflejaba en el marcador del polideportivo.
Mientras, Carmen Rosa (tu mujer), ante el ambiente de tristeza que se respiraba por el inoportuno e irremediable destino que habías tomado, quiso que sonara en el recinto deportivo el "Te recuerdo Amanda" de Víctor Jara. Quizás, buscando tú presencia viva en el despertar de un mal sueño, o tal vez, porque ella sabía que desde las casitas del barrio alto donde ahora te encuentras, compartes con ella que fuese así en la inoportuna despedida de tu existencia.
Ante la multitud de personas asistentes al recinto deportivo, opté por dejar el sitio que junto a tus familiares y amigos, había ocupado por unas horas y situarme en una butaca de la parte alta del pabellón.
De qué manera podré describirte los sentimientos de dolor, admiración y cariño que se respiraban, viendo tanta gente asistir al pabellón deportivo que lleva tu nombre, para darte el último adiós en tu despedida por la pérdida de tu persona. Padres y madres de muchos niños y niñas, que les enseñaste lo importante que es para sus vidas la práctica educativa deportiva y más concretamente en la disciplina del balonmano. Hombres y mujeres y mucha juventud, conocedores de tu honestidad, nobleza y preocupación por el bien de los demás, en tu fugaz e inagotable andar en vida.
Cerca de tu cuerpo inerte y del sacerdote que celebraba las honras fúnebres, representantes de las diversas clases sociales, políticas, culturales, deportivas... Pero el momento que más impregnó los sentimientos de indignación e injusticia divina que se esparcían en mis adentros, fue ver las caras desoladas y llantos silenciosos de las jugadoras del club balonmano Perdoma. ¿Cómo podré expresarte en palabras lo que sentían tu pérdida en lo más profundo de sus corazones? Momentos antes, formando un círculo a tu alrededor y en un abrazo colectivo, salían de sus gargantas un desgarrado canto de ánimo al club balonmano Perdoma en tu memoria.
Te fuiste, dejando una profunda huella de humildad y comprensión en tus comportamientos humanos, unida a una constancia y tenacidad en superar las adversidades que encontraste en el camino, quitándole tiempo a tu vida personal y familiar y dándoselo por conseguir logros deportivos al club balonmano Perdoma. Una institución deportiva que fue tu forma de vida y el reconocimiento de quienes te conocieron, convivieron y te trataron en una única expresión sencilla y definitoria: "Era un hombre bueno".
Quiero decirte, que siempre tuviste las puertas de la amistad abierta al corazón del amigo y al que no lo era, le invitabas a entrar con la palabra, el diálogo y tu sincera verdad.
Sobre la mesa donde te escribo esta carta, páginas de los diarios referentes a tu fallecimiento, me vuelven a la realidad de que ya no estás entre nosotros. Pero, con pronunciar tu nombre "Celestino Hernández", te tendré siempre presente y en el corazón de este pueblo. Y todos los que tuvimos la suerte y el privilegio de compartir tu amistad, nos queda el recuerdo vivo de un gran caballero y mejor amigo.
¡CELE SIEMPRE CON NOSOTROS! / ¡NOSOTROS SIEMPRE CON CELE!/ CLUB BALONMANO PERDOMA.
Víctor Juan Pérez
No cierres las puertas al amor,
Porque las estás cerrando
a la existencia.
Pues, " quien sin amor vive,
sin él muere"
y si mueres así
¿Qué has hecho con tu existencia?
"Celestino Hernández"